04 de mayo, 2024
Massa lidera el grupo de intendentes que Kirchner tiene en la mira
En Tigre, la boleta municipal de Massa sacó el 53% y Kirchner sólo el 39%. La diferencia se repite en municipios como Esteban Echeverría, Almirante Brown, Berazategui o Avellaneda, tres distritos importantes donde el kirchnerismo no logró sacar diferencia. Los intendentes protegen su propio caudal político, mientras el ex presidente analiza los datos y piensa en venganza.
Entre las excusas que dio Néstor Kirchner al renunciar a la conducción del PJ, dijo que necesitaba moverse “con mucha libertad” para “profundizar el modelo”. Pero las primeras horas de “libertad”, lejos del control partidario, las dedica a otra tarea.
En su escritorio, constata vía internet el porcentaje de votos que sacó en los distritos del conurbano, sobre todo los del segundo cordón, y los compara con las boletas municipales que impulsaban los intendentes locales, muchos de ellos “testimoniales”. Les dice a los suyos que el rastrillaje es para buscar “traidores”. Y ya planea la venganza.
En esa lista, la cabeza es toda de Sergio Massa. Hoy mismo Clarín revela que el Jefe de Gabinete llevaba el domingo datos increíbles al bunker K que le llegaban desde su Tigre. En Don Torcuato, donde solía arrasar Kirchner, estaba cabeza a cabeza con Francisco De Narváez.
Pero los datos no mienten. En esa localidad, donde Massa aún es intendente pero con licencia, la boleta municipal del Partido Justicialista y Aliados –Progreso Social y Acción para Crecer en Tigre- obtuvo el 53,03% de los votos, 14 puntos que los que logró Kirchner a nivel nacional. Casi 27.000 votos de diferencia de los que el patagónico culpa al jefe de ministros.
La escena se repite en otros distritos, que no sólo integran el segundo cordón del conurbano sino que forman parte de la decisiva tercera sección electoral.
El más llamativo es Avellaneda, donde Kirchner pasó de campaña y donde esperaban un importante caudal de votos. El intendente Baldomero “Cacho” Álvarez consiguió, como candidato a concejal “testimonial”, obtuvo más del 37%, mientras que Kirchner consiguió apenas el 33,7%.
La distancia es más amplia en Almirante Brown, Berazategui y Esteban Echeverría, municipios donde Kirchner siempre jugó de local.
En el primero, el intendente Juan José Mussi cosechó el 58,7%, mientras que el ex presidente llegó al 42,5%. Más de 21.000 votos de diferencia. El segundo, Fernando Gray llegó al 46,8%, mientras que la lista de diputados nacionales trepó al 41,1%. Darío Giustozzi, en Almirante Brown, consiguió 10 puntos más que Kirchner -53,2 a 43,2-.
Un hombre muy conocedor del funcionamiento del PJ bonaerense, analizó con atino que “los intendentes jugaron con Kirchner, pero primero protegieron su propia quinta”.
En su entendimiento, trazó una interesante lectura de la visión política de los “barones” del conurbano: “Los intendentes tienen que tener cintura política para poder quedarse en la intendencia 10 o 20 años. Mientras Kirchner piensa en el hoy, ellos ya están pensando en 2011”.
Por debajo, cree, se esconde un guiño a De Narváez, a quien ya apuntan como el próximo gobernador. El mensaje, es que si en algunos distritos el kirchnerismo no ganó fue porque ellos lo permitieron. “Si (Hugo) Curto o cualquier otro querían que Kirchner gane, lo hacían ganar”.
La traducción, es que el domingo no hubo robo de boletas, urnas desaparecidas o telegramas cambiados porque los intendentes así lo dispusieron. “Eso solo pasa cuando los intendentes quieran que pase”, cerró la fuente. Y eso es, a su vez, algo que Néstor Kirchner no está dispuesto a perdonar. El cobro, adelantan, vendrá con el cierre de la famosa chequera K.
En su escritorio, constata vía internet el porcentaje de votos que sacó en los distritos del conurbano, sobre todo los del segundo cordón, y los compara con las boletas municipales que impulsaban los intendentes locales, muchos de ellos “testimoniales”. Les dice a los suyos que el rastrillaje es para buscar “traidores”. Y ya planea la venganza.
En esa lista, la cabeza es toda de Sergio Massa. Hoy mismo Clarín revela que el Jefe de Gabinete llevaba el domingo datos increíbles al bunker K que le llegaban desde su Tigre. En Don Torcuato, donde solía arrasar Kirchner, estaba cabeza a cabeza con Francisco De Narváez.
Pero los datos no mienten. En esa localidad, donde Massa aún es intendente pero con licencia, la boleta municipal del Partido Justicialista y Aliados –Progreso Social y Acción para Crecer en Tigre- obtuvo el 53,03% de los votos, 14 puntos que los que logró Kirchner a nivel nacional. Casi 27.000 votos de diferencia de los que el patagónico culpa al jefe de ministros.
La escena se repite en otros distritos, que no sólo integran el segundo cordón del conurbano sino que forman parte de la decisiva tercera sección electoral.
El más llamativo es Avellaneda, donde Kirchner pasó de campaña y donde esperaban un importante caudal de votos. El intendente Baldomero “Cacho” Álvarez consiguió, como candidato a concejal “testimonial”, obtuvo más del 37%, mientras que Kirchner consiguió apenas el 33,7%.
La distancia es más amplia en Almirante Brown, Berazategui y Esteban Echeverría, municipios donde Kirchner siempre jugó de local.
En el primero, el intendente Juan José Mussi cosechó el 58,7%, mientras que el ex presidente llegó al 42,5%. Más de 21.000 votos de diferencia. El segundo, Fernando Gray llegó al 46,8%, mientras que la lista de diputados nacionales trepó al 41,1%. Darío Giustozzi, en Almirante Brown, consiguió 10 puntos más que Kirchner -53,2 a 43,2-.
Un hombre muy conocedor del funcionamiento del PJ bonaerense, analizó con atino que “los intendentes jugaron con Kirchner, pero primero protegieron su propia quinta”.
En su entendimiento, trazó una interesante lectura de la visión política de los “barones” del conurbano: “Los intendentes tienen que tener cintura política para poder quedarse en la intendencia 10 o 20 años. Mientras Kirchner piensa en el hoy, ellos ya están pensando en 2011”.
Por debajo, cree, se esconde un guiño a De Narváez, a quien ya apuntan como el próximo gobernador. El mensaje, es que si en algunos distritos el kirchnerismo no ganó fue porque ellos lo permitieron. “Si (Hugo) Curto o cualquier otro querían que Kirchner gane, lo hacían ganar”.
La traducción, es que el domingo no hubo robo de boletas, urnas desaparecidas o telegramas cambiados porque los intendentes así lo dispusieron. “Eso solo pasa cuando los intendentes quieran que pase”, cerró la fuente. Y eso es, a su vez, algo que Néstor Kirchner no está dispuesto a perdonar. El cobro, adelantan, vendrá con el cierre de la famosa chequera K.
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Cuando sucedió con Alfonsín (primer intento de reforma), Menem, Chávez, la cosa se ponía que ardía.
¿No es tiempo de anular la posibilidad de reelección por más de un período para los intendentes?
De qué venganza habla? que se retire porque de seguir así les hace perder las elecciones al Peronismo en 2011 donde va a haber ballotage.